La guerra es la expresión máxima de la violencia y vulnera flagrantemente no sólo el derecho internacional, sino el respeto mutuo, el diálogo entre los pueblos y el desarrollo de las personas. Las consecuencias adversas de esta violencia tienen graves costos en la salud mental de las personas y en su bienestar psicológico, pudiendo extenderse a largo plazo en las personas, sus familias y comunidades, así como generar traumas para civiles inocentes en todas las edades.
Existe un largo historial de cómo la psicología puede contribuir a una cultura de la paz. En este contexto, la Sociedad Interamericana de Psicología, desde sus orígenes, ha promovido una psicología para la paz, el entendimiento entre las personas y los pueblos de diferentes naciones, así como el respeto universal a los derechos humanos.
Por esta razón, condenamos la agresión, la muerte y el sufrimiento de civiles inocentes producto de la invasión militar a Ucrania, así como de cualquier invasión armada de un país hacia otro, y que cause sufrimiento a su población. Por ello, la Sociedad Interamericana de Psicología hace votos para que el sufrimiento impuesto al pueblo de Ucrania se detenga, y exhortamos a que la voz de las y los psicólogos de Ucrania, a través de la Asociación de Nacional Psicología de Ucrania, sea escuchada, a quienes ofrecemos nuestro apoyo en la búsqueda de mecanismos de ayuda psicológica que puedan contribuir a reducir los efectos nocivos de la guerra.